La situación en Ucrania es absolutamente devastadora. Los constantes bombardeos, y los ataques diarios contra infraestructuras vitales, como hospitales y centros de salud, están llevando a las personas al colapso. Naciones Unidas ya ha elevado la emergencia en Ucrania a nivel 3, el más alto que existe y, aun cuando el conflicto acabe, millones de personas vivirán en la total devastación.
Todavía queda mucho por hacer. El sistema de salud está colapsado, y las necesidades de la población son cada vez más acuciantes. Mientras tanto millones de personas permanecen en ciudades rodeadas y ocupadas sin acceso o con un acceso extremadamente limitado a recursos vitales como agua, saneamiento, alimentos o medicamentos.
Pero en un mundo globalizado, los conflictos en una región tienen efectos sobre todo el planeta. Un porcentaje crucial del trigo, el maíz y la cebada del mundo está atrapada en Rusia y Ucrania a causa de la guerra, mientras que una porción todavía mayor de los fertilizantes del mundo está atascada en Rusia y Bielorrusia. El resultado es que se están disparando los precios de los alimentos, combustible y fertilizantes en el mundo.
Esto tiene un fuerte impacto a nivel global y especialmente en África. La dependencia de este continente de suministros como el trigo ruso y el aceite de girasol ucraniano han tenido graves consecuencias en la asistencia alimentaria en países que ya registraban los peores índices de desnutrición.
Por ejemplo, en Sudán del Sur, donde el hambre sigue creciendo, se estima que 7,8 millones de personas sufren inseguridad alimentaria grave en el país. Esta situación, unida a años de inundaciones prolongadas y violencia, desplazamientos forzados por la guerra y a los efectos del coronavirus, hace que la vida de millones de personas esté en riesgo, en un país que tiene uno de los peores índices de mortalidad infantil del mundo
En la región del Sahel, luchamos contra la malnutrición aguda en niños y niñas menores de 5 años y mejoramos la atención nutricional de mujeres embarazadas y lactantes. Tenemos consultas médicas móviles en las zonas de mayor afluencia de personas desplazadas, tanto en Sahel como en Centro Norte.
Siria es otro de los países dependientes de trigo ucraniano que está viendo agravada aún más su dramática situación. 11 años después del inicio del conflicto en Siria, las hostilidades continúan sin resolverse, dejando en la actualidad a 14,6 millones de personas sin cobertura de sus necesidades básicas para vivir, y sigue faltando financiación.
Investigación contra el cáncer
CRIS son las siglas de Cancer Research Innovation Spain, pero sobre todo, CRIS es un nombre propio. Algo que siempre nos recuerde que cada persona con cáncer, cada uno de sus familiares y amigos, todos, luchan juntos contra esta enfermedad. Porque el cáncer nos toca a...