Aya Abdullah tuvo que huir de su país, Irak, con 14 años cuando la situación del país empeoró. Ella y su familia fueron refugiados en Siria, con la ayuda de ACNUR, hasta que dos años después se convirtió en zona de conflicto y fueron desplazados de nuevo, esta vez a Turquía, donde Aya comenzó a colaborar con ACNUR. Más tarde, ella y su familia consiguieron el asilo en Suiza, donde se convirtió en parte del 3% de refugiados matriculados en educación superior, para cursar una licenciatura de Relaciones Internacionales y Comunicación en Ginebra.
Desde el principio de su vinculación con ACNUR, Aya fue muy participativa en las labores de la organización, y se convirtió en voluntaria para ayudar a otras personas refugiadas a integrarse. Ahora sigue apoyando la causa luchando y siendo portavoz de los derechos por la educación y las oportunidades, como delegada de antiguos alumnos del Consejo Mundial de Jóvenes de ACNUR.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, activa desde 1950, tiene el objetivo de proteger a las personas que han sido forzadas a huir de sus hogares y a las personas apátridas. Tiene 3 labores principales: brindar asistencia vital en situaciones de emergencia, salvaguardar los derechos humanos fundamentales y ayudar a las personas desplazadas a encontrar un nuevo hogar. Para acercar la oportunidad de formarse a las personas desplazadas y refugiados, ACNUR dispone de proyectos para fomentar el acceso a la Educación Primaria, Secundaria y Superior en los países de acogida. La Agencia colabora con gobiernos y organizaciones internacionales para garantizar una educación de calidad a los niños y jóvenes refugiados de todo el mundo.